Por Ivonne Vásquez
“Sofía está acostumbrada a que sus padres discutan. Cada día, al regresar de la universidad, escucha sus gritos, reclamos y el televisor a todo volumen. Sin embargo, una tarde, mientras realiza el habitual recorrido hasta su hogar, se da cuenta de que algo extraño sucede: todo está en silencio”.
Esa es la sinopsis corta de mi cortometraje “Devoción”, producido y estrenado en 2011. Recuerdo a la perfección su estreno, porque al finalizar su proyección la sala se inundó de un silencio profundo e incómodo que me hizo sentir desnuda y vulnerable frente a todos. Sinceramente, nunca pensé que una crítica a la violencia intrafamiliar vinculada a una visión machista y punitiva de la religión tuviera ese impacto en las personas. Pero lo tuvo y vivirlo fue intenso, lleno más que de preguntas de respuestas. Es más, aún después de siete años, sigo digiriéndolo y preguntándome: ¿Habrá sido que la película fue muy experimental? ¿Se habrá comprendido la historia? ¿Fue mala? ¿Dije, o más bien, mostré, realidades que no debería haber mostrado? ¿Fue demasiado directa o muy cruel? No lo sé. Debo admitirlo. Pero sin duda, eso no me impidió seguir viviendo la producción audiovisual.
Mi siguiente reto, gracias a la recomendación de mi queridísima Ondina Morales, vino con mi participación en la filmación del documental costarricense “Maras, ninis y malandros: una guerra no oficial”, dirigido por Erika Bagnarello y fotografiado por Mario Araya. En él, se buscaban retratar las consecuencias de la tenencia de armas en Latinoamérica, específicamente en San José (Costa Rica), Ciudad Juárez (México), Caracas (Venezuela) y San Salvador (El Salvador). Para ello, mi espíritu periodístico y mi pasión por la producción se fusionaron con el objetivo de apoyar la investigación e identificación de personajes clave para el desarrollo de la historia que transcurría en El Salvador. Esta sin duda fue una experiencia fuerte que me volvió a confrontar cara a cara con la violencia de nuestro país, esa que ensombrece el desarrollo de una nación, de un pueblo que lucha con todas sus fuerzas por salir adelante. El documental se estrenó en diferentes lugares, entre ellos la Universidad Latina y el Ministerio de Justicia de Costa Rica. Sin embargo, como expresó Bagnarello al periódico La Nación la idea era: “Que el documental se vea como un instrumento de estudio y como una explicación más profunda del problema de las tenencia de armas de fuego en la región”.
________________________________________________________________________________
Lee además: “Creer y luchar desde el corazón, sin perder la razón“
________________________________________________________________________________
Mi siguiente proyecto fue la escritura de un nuevo guión de ficción titulado “Elefante”. Esta pieza fue seleccionada en octubre de 2011 por el Fondo de Fomento al Audiovisual de Centroamérica y El Caribe en la categoría de Producción de Cortometraje de Ficción y, aunque eso no representó un premio monetario, tuve la oportunidad de participar de un proceso formativo que me conectó con personas con una amplia energía creadora como la directora Florence Jaugey, la productora Marcela Esquivel y la directora del fondo, María Lourdes Cortéz, tres mujeres que me dejaron el corazón llenito de fe y amor por el naciente cine centroamericano, junto con todos mis amigos cineastas con los que reímos, lloramos, soñamos, develamos y transitamos el sendero de la producción, guión y dirección que me llevaron años después a profundizar en la historia y los personajes, decidiéndome a escribir por primera vez un largometraje que, por el momento, está engavetado en espera de “dos alas para el vuelo”.
Mi última etapa en la producción audiovisual fue junto a Pro Art y ese sin duda fue uno de los regalos más grandes de la vida, porque fue ahí que descubrí la importancia de equilibrar la vida profesional y la familiar, el poder la pasión traducida en arte, el verdadero significado del trabajo en equipo y la valía de los amigos entrañables, que aún con el paso de los años están ahí para apoyarnos, ayudarnos a sortear las dificultades y nunca dejar de soñar en grande, porque aunque esa forma de vida conlleve grandes riesgos, también tiene grandes recompensas.
Y es que como dijo Guillermo del Toro en una clase magistral durante el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG): “La carrera para quien la ve es un accidente a velocidad normal. Para uno que está adentro, todo pasa en cámara lenta”.
Poster de Guion Elefante: Elaborado por Gabriel Quezada, tomando como referencia una pintura Francis Bacon.
____________________________________________________
Ivonne Vásquez
Es licenciada en Comunicación Social de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA). Egresada de la Maestría en Gestión de la Currícula, Didáctica y Evaluación por Competencias en la Universidad Don Bosco. Periodista con más de cinco años de experiencia en prensa escrita y web. Ganadora del Fondo de Fomento al Audiovisual para Centroamérica y Cuba (CINERGIA) en dos ocasiones, una con un guión de ficción; la otra, con un documental. Becada por la Escuela de Cine Casa Comal, de Guatemala, y la Secretaria de Cultura de El Salvador para recibir el Taller de Producción Centroamericana, en 2010. Becada de la Asociación Salvadoreña de Cine y Televisión (Ascine) y el Foro Iberoamericano de Estudios Cinematográficos, de México, en 2012.